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Tiempo de materia



antología personal

(2004-2012)

s


“La subjetividad llamada del artista
son sus heces. A nadie ensucian
ni iluminan. Hay un diamante que
buscar. Eso no es personal.”

Cristian Aliaga

 


Vulnerabilidad de vos

ausencia de voz


qué esto acá
qué dice la palabra


la palabra es hielo

en boca de quién

en mano de qué

hiela la palabra en mano ajena

hace ruido pero cada vez más blanca la hoja


todo lo amorfo  en el aire dando vueltas y vueltas

vengan apláudanse vívanse

pero, por favor, no se acerquen

a los otros les digo

traigan ese fuego
quememos

y a cantar con lo que queda


Arte, poética

unos garabatos pueden concebir
un entusiasmo efímero

                     la hoja empieza a vaciarse

ropas y manchas
caen


lo que permanece
es poco


después
                el hecho de soportar un reflejo  que no miente


¿dice algo tu desnudez?

si buscaras la inflexión
cíclica

la noche
te encontrará despierto

las horas cayendo
                              implacables

no solemos entender lo que no podemos asir

la mano recogiendo el fruto

la textura en la palma
una leve sensación de entendimiento

la distancia
                   tal vez
proyecte una forma

no hay paredes
sólo puntos que se dispersan

lo que intuíamos
                            libres
         nos enmarca

todo se despedaza
cuando la noche escapa hacia la mañana

quien viene de la imagen
termina de llegar
no hay lugar para contener

paraíso alcanzable

partir de un punto cada vez más lejano
no por el punto
cada cual en su letanía

cuando todo tome forma
hartos
          los ojos
comprenderán


lo inexorable de un nuevo escape


Manchas

“La luz es oscuridad y descubrimiento”
                                          Caravaggio


miro las sombras en los azulejos

¿la luz es? ¿o necesita de mano que la haga visible?

refriego la superficie
hasta que mi brazo va y vuelve
                                                            en el reflejo
es casi mediodía y eso facilita la intermitencia
la pared es alta
sin embargo
por el cielo del pasillo
un hilo teje coincidencias en mi campo de visión

desde el techo
una escotilla vidriada destaca la pluma
que cuelga

el movimiento es uniforme e inabarcable

nuestra percepción de la luz responde
a nuestra capacidad de crearla

me detengo en eso

y luego
sigo con los azulejos


                           Réquiem

el poeta
             gigante
habla

el poeta es un hombre
hay hombres
muchos
en el público

sólo sostienen armas

a tranco de tren
la voz
pasa

están erectos los fusiles

los gritos aturden
la mano de poeta gesticula
¿cumple? ¿qué hace?

las masas se exaltan

¿responden?
el movimiento no responde
se eleva triturando lo propio
lo otro

el acero se impone
ahora habla el hombre

la mano duda

los fusiles  ya fláccidos

bullen

el poeta
el hombre
descarga la fuerza del cuerpo en su mano
ya no tiembla

toma una bala del aire  la introduce
canta para siempre

la gente se sienta
hace humito  en la nieve

no ven las huellas perderse a lo lejos


Volvéme nadita mía


¿o querésme dejar
al acecho de mis otros?


Regrésame


Dale orden a mis pronombres
¿o querés morirme de paráfrasis?

(los perros están en huelga
retratándote en las retinas)

opácate las linternas de la cordura


renace de los espectros de otro vaso

tráete otra música


antes que el vino sea costra en los bordes.


                                                       A Juan Carlos Bustríazo Ortiz


¿y el poema?

ese hecho relativamente inferior

estas nimias palabras mías

qué te dicen

¿hablan de tu estructura ósea tu voz cuerpo

de ese aceite en tus ojos?

Y yo
qué pienso cuando a través de la ventana
veo que en el patio ya no hay fruta para juntar

y qué tengo que ver con esta caída
el descenso

a quién miro mientras el hundimiento
a quién culpo por esta base poco sólida
que no sólo el óxido pudo derruir


decime qué háblame del momento

contame
adónde voy cuando no escribo.


la noche
             despojos que ves ahora
lo que golpea
                          repica

el sonido es el punto

el peso
te recuerda la caída


mi voz se apaga
cuando otras la enmudecen

no hay lluvia entonces
que ayude a discernir
tanta palabra suelta

dispuesta
a golpear la mañana
a sintetizar sonidos
para volarte los ojos

incapaz de discriminar
el oído
           nos induce a lo terrible

pensemos en una babosa
que se adhiere a la pulpa

cae sobre el pétalo
se quiebra 

pétalo y pulpa en la tierra
hacen barro

pensemos en lo que crece en el barro
nace de una masa uniforme
amoldada

se expande con golpes
toma todo por la fuerza

pensemos en el color gris
desapareciendo
bajo el influjo de la savia
en la tierra
que fue barro
                       y es boca

se atraganta
no gime ni succiona

vomita

pensemos en el viento pegándole a una rama
o
una pincelada pastosa
                                    hundiéndose
eso es el mundo

el color define al mundo

la forma

más demonios en la tierra húmeda
hijos del trazo
desgarro en el lienzo

es pequeña y dulce esta violencia

el jardín se quita los ovarios

y me traga

ingreso 25


es difícil evitar el ruido
levantamos cascaritas
al pasar

en una habitación de paredes altas
la mirada se extiende y comprime con mayor intensidad


en el agosto más duro
el tiempo deja
cristal en los ojos


es la noche más fría del año
dijo al abrir la puerta

y ante el espanto de los otros

aprendimos
que la muerte no es circunstancial
sino absoluta

a cielo abierto
                        sin vaina
te quiere


las espinas verdes
modifican la tarde

algo termina en ese lugar remoto
es insignificante para el mundo
no para tus ojos
que esperan una mano
que borre todo
desde la punta del chañar
la araña teje tus días
una madeja incomprensible
te adormece
es sólo un instante de tu existencia
que no sabes dónde está
un espacio entre dos ramas
de un monte cualquiera

para cuando llegue el agua
estaremos a reparo
pero
esa liebre que atraviesa el rastrojo
qué quiere qué espera

no tener un rifle
volarle la cabeza a la quietud

parece el fin
esta noche de viernes
que no te encuentra brindando

no hay ojos trayendo el verano
ni culpa
en las esquirlas del vaso roto

el reflejo que se proyecta de los pedazos de vidrio
esquiva tus pies
y sentís el peso en las rodillas
un peso que no soportan
sillas sillitas sillones
ni esa bendita cruz
en las pupilas del niño
que se escapa
comprimiendo cajas de cartón
está todo acomodado
por si hay que salir
                                   tomarse el palo
pero no esta noche de viernes
noche en que la vid derramada
oscureció la cruz
y las arañas planean en sus telas
esperando que caigas
intentes  aplastarlas
en la desesperación
                                les des excusa
y no da
no da para que sea el fin
aunque lo circular
demonio perfecto
te ataque certera y
                constante
                    mente

a Rául Mansilla

primer boceto

la belleza de la flagelación
reside en eso
el filo abriendo la carne
la sangre
              brotando

y unos ojos
que no buscarán comprender

no hay que detenerse

la clemencia es atroz
cuando interrumpe nuestro goce

nunca estuve en Charleville
no pisé la hierba
que engendra telarañas en sus tallos

no me sentí feliz

siempre estuve acá
atado a un cráneo desaprensivo
sujeto a una porción de cuerpo
que nombre

si giramos la vista
pasos nuestros
atrás perdidos

que la tierra vuelva a la imagen
rogamos
la escena es ridícula
                                pero efectiva

estanqueidad en la que nos vemos

(este río pasa y queda cada vez más)

y esos sauces de cabeza
                                      fulminándose


sobre el borde de la mesa
el mundo
a través de la mesa
los otros
              el mundo
en la superficie de la mesa
                                           aprendimos

violáceos
rojos
blanca mañana de humo
( lo que no termina de quemarse irrita hacia dentro)

al principio
la visión alternaba entre rodillas
piernas
cinturones

inevitable detenerse en esa hebilla con siglas
así
amarrados por la gravedad caminamos
insistiéndole al calor
pensando que siempre es temprano

después quedó creer

volver
en puntitas de pie
al borde de la mesa
alinear las pupilas
para observar
nuevamente
                    los colores

pero no

             retorno
con algo de pasión

creímos el cuento de esa maldita cinta

como si al derecho y al revés
recuperásemos los detalles perdidos
es escabrosa la palabra detalle

el detalle es el ojo
el mismo ojo
que ahora vaga en la esperanza

en ese momento nos cubrimos la cara
como un chico
para afirmar que no existe nada

con los cuerpos enteros tendidos en la tierra
abrevamos de antiguos susurros 


Oscurece y abrazo
Las manos
Avanzan,
es el tilo,
antes de la baranda, esa postal de sol frente a la torre de los ingleses.
Es algo así, como lo ya escrito,
Lo interesante
Aparece cuando el instinto,
El aroma del café amargo
Te devuelve,
(es extraño pensar en volver sin…)

                                                                                                                                                  De repente,
es esa mesa,
cara a los publicistas.
Donde llegás.

Está la tierra de mis cutículas
(estuvo, hay rastros)
El castillo que construiste, ante la sorpresa del celador.
Lo tiré yo, lo recuerdo, fue con la manga de la campera.
Desde ahí,

Los brazos volvieron a sus órbitas,
Y como esa vez con mis hermanos, cuando cerraron el ocular del observatorio,
Lo explicó el guía,

La estrella
Desapercibida   pasa

O

Resplandece


Eso es como


“El tiempo es una dimensión, pero en el sentido del que habló Edwin Abbott y cincuenta años más tarde perfeccionó Albert Einstein con la afamada fórmula del portaaviones.
Al primero lo tomaron por sátiro, al segundo, lo escucharon, pero no sirvió mucho.
El tiempo es una dimensión en un sentido claro,
Es algo que el cuerpo siente
y
el mundo,
No”
Groucho Marx



Hay olor a humo. Está la foto de Carlos (que es como carlitos pero en francés) en el costado izquierdo de la heladera, lo descubrí sentándome en el umbral. Hoy también descubrí que no se puede caminar para adelante y mirar hacia arriba
(vi la imagen en la ventana, pero no reconocí tu forma)

Ahora está Harpo. Se lo ve triste sobre la Francia ocupada. La imagen se aleja y en verdad es Ingrid Bergman observando el derrumbe

(un cinéfilo medio intenta discernirlos)

Esta el marxiano delirando a la Warner Bros, y desde la ventana las caras de los hermanos del blues, te observan

Imaginemos, por un momento que el auto de mad max fue blanco y busca, naranjas, luces, vos sabés

Para mañana a esta hora la isla del sol naciente estará bajo el agua

Hijos de dios muriendo decididamente

Sé que es tarde y es bueno descansar. Sé la definición de diámetro y dos o tres cosas más, no es mucho
eso también lo sé

en el interior la ballena teníamos todo: agua, sal- hasta que llegó la prefectura
-documentos por favor, qué hacen dentro la ballena
y sacábamos papelitos, fotos de la billetera
nos devolvían a la rambla
y las veíamos saltar, ajenas


La historia es conocida
ese altruismo de Bogart - me quedo, vivís, causa y esas cosas
después es Sam tocando de nuevo esa canción a pesar que le pediste…
Texas ahí nomás y nosotros sin balas

Es el tiempo del: no te acelerés-  hay parámetros

Necesito saber que
se terminaron el whisky y las bombas
que hay vendas para las heridas, que esto es
Babilonia
que Bagdad
Arde!
y      el fuego es una pincelada magnifica     
necesito Alejandría y otra palabra para nombrar mar

También
dejame pedirte
(si de casualidad puedo saludarte en la mañana)

Morir esta noche
pero
no escucharlo, no
de tu boca


Cuando uno reconoce lo que retoza en el pasillo,
hay que preguntarse dónde estamos
Pensamos generalmente en lo que hay más allá de la puerta más acá del sonido que se acopla y extiende en cigarrillos caídos en la rejilla no pensamos en el umbral un tiempo sin espacio un área plana cayendo
la física cuántica nos es ajena
(algunas cosas no deben interesarnos; digamos, por ejemplo: una nota atemporal deslizando cuando unos viven y otros duermen)
pienso en los naranjas también cuando filtran la pava silba distinto otras veces amarillo como dos manos no tan torpes estrellándose en el mismo vaso devuelven  contacto al mundo no sé qué es lo que viene o lo que va
¿La retina es el telón entre nosotros y el mundo?
la pincelada es un hecho abstracto, imaginado por el hombre que decidió no hablar y fue imagen
el telón entre nosotros y el mundo es el acolchado volviéndose nuevamente rectangular, un extraño y coordinado movimiento de tus brazos, que lo deposita sobre el respaldar de la silla
ahora hay moscas  también, no suelen venir con la fresca
la sombra es el refugio de los ocres
los pies van a trasladarse en la misma dirección y les costará separarse del eje
en el umbral
                      ojo que cierra ojo
                                                    ojeriza
                                                                constante
                                                                                  del mundo.



“peligro para la libertad del espíritu
cada palabra es un prejuicio”
F.N

La finitud invita al abismo
                                               Caer,
                                                       Revolcarse
Que el viento, yo
Que el paisaje acecha y quiere tragarte

La palabra, va a terminar con todos

Va           a cavar la forma de tu silueta
Amoldarte la boca

La palabra va a terminar con nosotros

Insistencia de vivir,
                                 Consistencia de vivir,
Vibración intermitente, el lenguaje,
                                                               No es del yo
Por eso va a aniquilar el tejido frágil en tu frente

Patrimonio de quién   las palabras
La mano inquieta,  no puede sostener,
nada,
Apenas tus restos,
                               Balbuceos fuera de vos.

Si lo que sangra pudiera controlarse
Si lo que se escupe,
Como metáfora del tiempo,
Pudiera

Cuánto tarda en perderse entre otros vapores

Cuánto la sangre corre


Esas pinceladas siguen ahí,
Todo lo que ves está en tu ojo,
No se trata de materia,
                                     Acércate,

La sangre es efímera, 
                                 eterno
                                             ese zigzagueo en la carne.

Jueves en la ciudad
afuera está horrible, dicen
dicen que para escribir         el aislamiento, las palabras, colocarse
no hay nada para culpar nada que calmar
todo está escrito, impregnado con barro en la ventana
A fuerza de humo las cosas dejaron de nombrarse
dejaron de ser
palabra que toca, objeto               es

pero las yemas se revelaron, se ahorcaron con anillos, prendas
era previsible en el siglo de las previsibilidades

sin embargo  la fatalidad, dicen, el destino

pequeñas delicias de lo inevitable
ahora vas a ser, lejos

el ulular de las sirenas tal vez te encuentre despierto
evitar el ultraje del sueño sería una liberación

así con los ojos bien abiertos
así la mañana, dedos blancos

dejará la marca sobre las sábanas .



"pues si mi vida es lo que pidiese,
eso le daré"
Capítulo 22, Versículo 21
Libro del Job

"dicen los hombres dignos de fe,
pero Alá sabe más"
Jorge luis Borges


El hombre nació cuando las fuerzas del Tercer Reich aplicaron la solución.
Tiempo de paz en Gaza.

La mujer emigró con los sobrevivientes.
Años después, lo vio entrar.

-Qué culpa tenemos, interrogó.
Se fue sin respuesta.

En el otro extremo de la calle, la mujer, lloró por él y por todos.

El hombre se inmoló en aquel bar de Tel Aviv.

En alguna parte, Ismael e Isaac, reían tristemente.


invierno en este lado del mundo ausencia entre pómulo y ojo días de miedo miedo de no tener miedo de aullarle al sueño para que venga y termine con todo carcomido el ojo ojo mágico que encajaba perfecto paseaba por mi cara hacía desaparecer las imperfecciones mi barba no importaba no
esos días se fueron se cogieron al almanaque lo tragaron
en primavera las tormentas trajeron verdes violáceos eucaliptus agazapados tras una reja noches cansadas de ser noche de escurrirse entre las venas manos agitándose en la oscuridad ¿buscabas? qué buscabas en esos lugares para interpretar derruir cabezas aparecías como si nada entre químicos por acá y por allá lucecitas que de vez en cuando encendían traspolaban todo después un crick sonido de encendedor fallido
y ya no quedan saquitos de té para los ojos de la amada pero los sueños qué son los sueños sino lugares para deshabitar salir corriendo que igual la muerte vendrá a llevarlos

en el verano se cocinó todo y vos mirabas no es tiempo para salir ex cla más

pero salimos que conector tan fuerte si anteponer ideas romperlas
dónde
y ningún as bajo la manga


Si esas nubes que tapan la ventana son tus ojos mirando hacia dentro

si ese color afuera no existe

y lo que gira son reflejos, bombitas que se quemaron y nadie cambió

Si esos árboles, o su movimiento,

Sólo imágenes

restos de tu tiempo que se aleja pero perdura

partículas de otra tarde en ese cuarto

Cuando la puerta se abra

claustro inmensidad

-esa confusión-

dejará de hacer ruido en tu cabeza inmóvil.

La luna, la reja y yo
no tenemos nada que hacer esta noche

por eso te invitamos a un recorrido
por mi regreso

traje en la mochila
un par de versos
hojas de álamo
y el olor del eucaliptus aquel donde nos sentamos

dejé la llanura esparcida sobre la mesa
y un par de vasos apilados

(la vuelta es un murmullo del pasado en las puertas del horizonte)

después algo de silencio se entremezcló entre nosotros

y el olvido que falta.

Pero, acá, querida vos y yo sabemos
que la desubicada es la reja.

La desubicada es la reja.


Gracias es la sutileza de decir no


(la tradición o buena costumbre de agradecer)

un chasqueo de falsedades en la nuca
dedos que acarician pero no hablan

un zumbido apenas
una mordedura en la oreja

la tradición (o buena costumbre
de agradecer)


es traición en tus labios.


Yo
en tanto cuerpo
cúmulo de cositas que el tiempo
                                                      deja y modula
vos,
en tanto Sira

niña arrojada al mundo
vientre que malforma
y escupe
pedacitos
voces

la mesa quedó servida desde año nuevo

no es entendible tanta sequedad

llamas  nostálgicas           de arder
la fruta macera hacia el día

hallamos el café tibio en el patio
sin colores nadando en el azúcar

( costó entender  lo del azúcar, el té o el café a la mañana
la noche era otra cosa)

tratar de asimilar el deseo cumplido
                                                             tomar un hecho
                                                                                         nombrarlo
                                            
cuando los verdes clarean
                                             nos recorre

y nos quedamos así
                                      entre desear
                                                          y no
                                                                                        queriendo
                                                                                                           y no.

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